FLORES EN LA TUNDRA
¿De qué color era tu ternura?
Descendía caliente, al ras de las sábanas
y se colaba en la piel, como cala el invierno en las ropas.
Siempre sé que amanece si despierta en tus manos,
buscando epifánicas caricias
recojo mis pedazos ciegos
y son de tu piel, morena,
blancos los dedos que colorean mi cuerpo.
Así, me amordazo la tristeza
y la abandono en los borradores de tus besos
cuando me buscas en la noche
y me confundo contigo.
Florece la tierra, adornada de caireles
y mi espalda se vuelve primavera
cuando esa vieja canción llueve en tus labios.
Da igual de qué color sea tu ternura,
siempre asola las sombras de mi cementerio.