martes, 31 de enero de 2017

DE MÍ Y OTROS DELIRIOS
"Rompe el mar -o tu ausencia- en el recuerdo"
- Ángel González.
Me cortaron las alas.
Me encadeno, tal vez.
Me dejan corazones en mis piezas de ajedrez.
Tengo manos calientes.
No sé colorear,
tampoco las palabras que dedico a trasnochar.
Me da miedo lo obscuro.
Me aprisiona el dolor.
Vivo bajo la cama de un monstruo encantador.
Guardo todos los besos.
La ternura me mueve.
Mis versos aparecen siempre que llueve.
El amor no me salva
de la guerra conmigo.
Echar de menos es mi mayor castigo.
Me aprisiona el recuerdo.
No me gusta bailar.
A lo único a lo que siempre regreso, es al mar.
La piel que no habito.
Me cantan canciones.
Escribo para no tener que dar explicaciones.
Me asfixio en el aire.
Me busco, me pierdo.
Viajo en un satélite (lunar) en tu hombro izquierdo.

Me encuentro,
no hablo.
Huyo de mí.

Me encierro en mi carne,
me rompo al sentir.

Me encuentro,
no hablo.
Me quedo por ti.

jueves, 26 de enero de 2017

EL BLUES DE LAS MANOS FRÍAS

Estira, cariño,
a mi piel ya no le quedan besos que romper.

Estira, cariño,
dueles menos que pintar con un lápiz gastado.

Bébeme, cariño,
soy pecado en medio de un vaso vacío.
Busco unos brazos que hagan forma de tejado
por si, bajo ellos,
existe algo a lo que llamarle hogar.

Mis hojas se caen porque siempre es otoño
y andan encorvadas a la próxima estación.
Nunca hay parada.
Siempre es espera.

Niégame, cariño, las horas
sin cielo, sin nada a lo que llamar amor.
Agujas de tiempo con hilo de seda
débil, endeble al dolor.

No estoy yo al fin de la busca.

Llórame, cariño,
que ya no sé llover.

Lluéveme, cariño,
que ya no sé llorar.

¿Cuánta ceniza seca entre mis versos
voy a tener que recoger?

Hace frío, cariño...
arrópame.
Pero ya no respondí.
El silencio hurgó en las cicatrices
y tampoco encontró a Dios allí.

Óyeme, cariño.
No destapes tus oídos jamás.

¿Me oyes ahora, cariño?
Espero que mi voz nunca se alce hasta ti.

lunes, 16 de enero de 2017

CÁRCEL ME ARRANCA
"Boca que vuela, corazón que en tus labios relampaguea."
- Miguel Hernández.
Me comes por dentro como fieras de hielo,
pero es fuego, en cambio,
lo que mana de ti.
Llevas la boca incendiada de sangre,
de sangre de besos,
de llanto, de versos,
de entrañas, de mí.

Si lloro, mis alas, se mojan de miedo;
si no, mis pupilas, se inundan de azul
y el salitre del mar no cura
esta soledad marchita.

Llamo al silencio:
ecos de voces ausentes,
tu cuerpo comunica.
(Volar hacia el suelo, sólo fue naufragar
en derrotas de vencidos de ojos rotos
y horas tristes.)

Me arañas por dentro sin romper,
porque si rompes
no quedará espacio para el placer.
No quedará dolor para alimentarte.

Me comes como las bestias
muerden sus presas de cielo,
me tragas cruda y digieres
cenizas, alcohol y viento.

Te encierras en mi carne
y naces como una flor de la tierra,
rompiendo la piel.