miércoles, 30 de noviembre de 2016

DIONISOS Y EL INVIERNO

Al principio fue la palabra
y la música,
y los versos.
Luego la soledad
hizo nacer al silencio.

Yo lo hice con él.

Mis manos son árboles secos
donde ya no nacen las flores,
pero se marchitan como si fueran pétalos de tiempo.
Mis ojos son caleidoscopios de besos
con terapia de choque contra el olvido
y mis pupilas, negras termitas
que devoran el mundo por dentro.

Cuando hago el amor con mis versos
se asolan de luz los papeles
y agoran caricias desnudas
y pieles anémicas de ternura.

La destrucción de este cuerpo sin alma.
La construcción de este alma sin cuerpo
putrefacta, congelada de sueños,
torturada hasta hacerla gemir de placer,
herida de muerte, crucificada por la sed,
la espiga, los deseos de huida,
los labios de la madrugada.

El naufragio de mi carne, porcelana de tristeza.
Cifras, cansancio. Dormir es un lastre.
Soñar es huir del presagio.

Yo escribo porque sueño la muerte del espacio
y el sonido es una soga de lamentos ausentes.

Dime,
¿por qué queman los ojos cuando llueven?

domingo, 27 de noviembre de 2016

MIENTRAS LLORAS

Me gusta de ti que me mires a los ojos
y encontrar en los tuyos un arcén de secretos.

Se dislocan las pupilas como los huesos rotos,
intentando encontrar la palabra precisa
y sólo derraman versos de angustia
que no encuentran el germen de tu abismo.

La epidemia de mis noches se ha extendido:
va comiendo la carne,
deshaciendo la carne,
pudriendo la carne;
y la carne,
carne de cañón endeudada con estos ojos,
con estos ojos que no sueñan,
con estos ojos que se entregan a la madrugada
y se desgastan y se consumen
y se derraman sobre mis sábanas.

Espasmos de amor,
convulsiones de hastío,
asco, formas,
sacudidas de fobia,
temblor,
rigor mortis.

¿Qué te queda, amor,
de estos despojos?

martes, 22 de noviembre de 2016

LA PIEL QUE QUEDA BAJO LA ROPA
"Estrellas para ti. Abanicos de amor. 
Desnudas rosas." - Javier Egea. 
Me ofreció su pecho como un pétalo abierto. 
Yo besé sus labios como si fuesen flores.

Desnuda de mí, 
vestida de manos bailando.
Mis besos dejaron su olor en la tierra de sus brazos
y en sus muslos derramaron
el calor de la pasión. 

La memoria es un amago de caricias
y mis versos son los besos por debajo de la ropa.
No me encuentro en ningún cuerpo
en los que huyo de la soledad.
Ni siquiera busco el tuyo en otras pieles,
tan desencontradas como el recuerdo.

Lo que más echo de menos de ti,
es hacer el amor sin prisa.

martes, 15 de noviembre de 2016

SLOWLY

Quítame despacito
la ropa, el miedo, la sed;
que en esta cama de dudas
hay una leve ausencia
que me come y me bebe.

Bésame despacito
los labios, las horas, la piel;
que tengo bajo tus muslos la boca incendiada
de fuego y de miel.

Múeveme despacito
el cuerpo, el alma, los pies;
que quiero andar tu cintura
para dejarme caer con las manos
al mar de angustia de tu pecho.

Tócame despacito
la espalda, el sexo, la tez.
Sácame a bailar a tus piernas,
arráncame la carne
como si fuera papel.

Muérdeme despacito
el pecho, el cuello, el desdén;
que tengo el cuerpo poblado de funámbulos
y sólo andan la línea 
entre el dolor y el placer...
como los renglones que andan mis versos.

Quiéreme despacito...
o mejor, no me quieras. 
Prefiero que dejes la cama vacía 
más pronto que tarde.

domingo, 13 de noviembre de 2016

SOLO LA LUNA

Fue una guerra destructivamente bella
aquella de decir las cosas tal y como las sentíamos.

La Luna se marchitaba igual,
pero no nos importaba su soledad.
El egoísmo de dos ojos que se miran
y encuentran en ellos todas las estaciones del año.

Siempre primavera en las manos.
Las flores de aquellos años han quedado sepultadas
bajo las pisadas del invierno de mi pecho.
A la pólvora mojada de tus labios
no le quedaron vestigios que prender.

Yo abandoné las armas en la nieve,
busqué en todas las fosas el cadáver de mis latidos,
pero sólo hallé fechas sin nombre,
cartas con ausente destinatario
y un remite vacío de emociones…

Nadie más volvió a besarme los miedos.
Desde entonces mis manos sólo saben sangrar,
y de caricias nunca más supieron,
pero la culpa no dejó de visitarlas.

Ahora la Luna sigue marchitándose,
pero al menos tiene a alguien con quien hablar de soledad.

sábado, 12 de noviembre de 2016

COMPLICACIONES

Hora punta,
busco tu espalda en la madrugada.

No cabe un alma más en el autobús del recuerdo
y Granada se ha escarchado con los besos del invierno.
La besan sin cariño desnudando sus calles
y el delirio no sólo llega al Paseo de los Tristes.

También hay guitarras incendiadas en mis pulmones
que no dan para abarcar más noches en silencio.
Despierto, grito, imploro,
me desnudo del hastío
y huyo, escribo y lloro por los rincones de tu olvido…
aunque de nada sirve.

Ni dolerte me hubiera dotado de más libertad,
ni dolerme me la habría quitado con tanto estilo.

lunes, 7 de noviembre de 2016

DOMINGO DE NOVIEMBRE BLANCO

Tengo la cama deshecha igual que el corazón. 
Las sábanas frías se amotinan
y se rebelan contra mi cuerpo
desnudo de recuerdos.

Queman los silencios de las notas de suicidio, 
de la angustia acumulada, del anhelo,
de las manos asoladas de cariño 
de tanto abrazar ausencias.

Aún les queda aire para respirar.

Ruinas y versos de colores fríos...
y de dolores a los que no volverá a colorear el tiempo.
Personas de ojos vacíos 
que duran la calada de un cigarro a media noche.
Sentimientos que no dejan pintalabios en el borde de la taza del café
y copas que duran más que algunas promesas de tus cartas de amor.

Así vagan las mentes de jóvenes sin alma...
o con un alma tan grande que se desborda del pecho
y acaba por arrojarse al mar en busca de atardeceres más cálidos. 

Así de perdida me encuentran mis palabras.

Neruda se equivocaba:
nada nos salva.
Ni de la muerte,
ni del amor,
ni de la vida.

viernes, 4 de noviembre de 2016

GUARIDA

Noviembre blanco, cercos de sangre sobre la nieve.

Desnudo a una extraña vestida de miedos
y llueve en sus desnudas paredes
las horas en verso que dejan mis labios
bajo sus anocheceres.

Las hojas son mantos de triste cordura
cubriendo el asfalto de mis entrañas.
Vísceras grises de añoranza
que escriben notas de suicidio en una partitura.

Las calles son bocas que gritan y se arrancan,
mis pies las provocan con pasos cansados
y buscan delirio en las casas sin alma,
donde los corazones son un hueco vacío...

Sólo saben matar palabras,
se mueren con los fracasos,
con los rechazos, con los abrazos.
Se mueren bajo los besos en carne viva
si se desgastan los labios.

Se mueren en un insomnio ilusorio,
podrido de sueños lapidados.

El ruido de la estrella Polar
no guió a los marineros:
los deshizo con sus barcos hasta arrastrarlos al fondo.

Allí, bajo ese mar
que guarda atardeceres .
Aquí, bajo estos ojos
que sólo guardan renglones
y caricias que escriben sus párpados.

Aquí, bajo mi pecho...
que todo lo guarda.