viernes, 30 de diciembre de 2016

“LITTLE BIRD”

I

Las tardes de diciembre giran
en un balón de espuma, a la hora de comer,
bajo los árboles del parque frente al río.

Mi abuelo sonreía y era
como ver reír al universo.

II

Si lograse volver, no vería
más que una explanada de inocencia
y a un hombre respondiendo a carcajadas,
un bigote sin canas y encorvado
y un pequeño pájaro de porcelana
(o así gustan llamarme).

III

A lo que no logro regresar,
es al momento de la rotura,

pero también lo haría.

jueves, 29 de diciembre de 2016

CUMPLEAÑOS DE CENIZA

Ni dentro de mí
logro encontrarme.

Luces de navidad
que no calientan una piel entumecida
por el miedo y las horas.
Que no ampara los sueños de los indigentes de vidas,
que no aflora en los ojos de aquel
que todo lo tiene,
pero no halla salida
ni música que suene cuando su voz
tampoco lo haga.

Así vago, sin rumbo,
por las calles frías de Granada.
Veinte años buscando palabras precisas
y escribiendo prólogos que, por supuesto,
nunca tendrán final feliz.

No asumo las ausencias,
siempre hay espirales de besos
envolviendo la soledad dormida.
Por mucho que crezca,
seguirá siendo mar
aquello a lo que pertenezco
y se irá para no volver.

¡Orilla de recuerdos, devuélveme mi llanto!
No quiero más caricias
del adiós de unos labios.

martes, 27 de diciembre de 2016

PENITENCIA

Sin saber cómo, madrugadas de escombros.
Después de morir no hubo nada
y nada paseó espaldas rotas y desnudas,
pisando las heridas,
gangrenando la carne.

Se torcieron los renglones,
descansé sobre ellos.

Ninguna otra tristeza tuvo razones ni libertad:
yo, ella
y cadenas,
que encierran estos versos insomnes.

Por la mañana tendrán resaca de llanto
y ninguna caricia los salvará…

Se lo tienen merecido.

sábado, 24 de diciembre de 2016

MUERTE Y SENTIDOS

Pescando rosas en un mar de espinas,
así son nuestros cuerpos
cuando se habitan.
Se deshacen, se hieren, se vomitan
hastíos y placeres.

Se encadenan a un tictac breve y suicida,
a la hora previa a los amaneceres
y a las madrugadas autodestructivas.
Acechamos en la herida más profunda
que guarda el mar,
y lo bello es tristeza compartida.

El frío suplió nuestras carencias
- no importa –
polvo quedó.

Por eso toqué la lápida y fue
la única manera ya, que tuve
de sentir.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

MEFISTOFÉLICA

Saco roto de vestigios,
sólo guarda soledades.

Fausto entre mi carne
retuerce las tardes:
yo no doy, amor,
mi alma por nadie.

martes, 20 de diciembre de 2016

SUEÑO DE UN INOCENTE TORNADO EN PESADILLA

Nada queda de mí.

Busco la cerradura del alba
para encerrarme en tu piel
y sólo encuentro muros de ausencia.

Copas llenas de alcohol tibio,
vacías de mí,
desbordadas de toda pena que derraman mis tripas
vacías de mí.

Me recojo en la esfera de las noches y del humo
y de los gritos y los jóvenes que antes quisieron crecer
y hoy no son más que la sombra del sueño de un niño.

Baúl de soledades,
castillos de arena que deja el rastro de la huida.
Caminos de salida única hacia el abismo.

Voy a morir sin hacer ningún ruido,
porque a mis gritos los carga el silencio
y yo, cariño,
no hago otra cosa que gritar

y algún día tendrá que faltarme oxígeno.

lunes, 12 de diciembre de 2016

BUSCANDO UNA TUMBA

Cementerio de besos,
aún mi calor lo vence.

Flores de tristeza tan marchitas como mi pecho,
lápidas negras de sombras,
epitafios de amor.
Así paseo la tierra sembrada de mundos.
Así fundo mis palabras con aquellos que allí habitan,
muertas, inertes,
tan sólo útiles como recuerdo...
y como dolor.

No quiero, madre,
que bajo la pena, me entierren.
Yo quiero, madre,
que me devuelvan al mar.

jueves, 8 de diciembre de 2016

VIRGILIO HACIA EL AVERNO

Quiero que llueva como lo haces tú,
que carcoma la realidad el vado de un vacío
de un vacío
tan ausente de mí,
que amenaza los amaneceres.

Me encadeno,
las manos a los labios,
los labios a los ojos,
los ojos al mar
me encadeno

y el mar es un estrato que se arranca de la piel,
el naufragio de las cenizas
que carcomen las noches
en silencio

silencio.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

RIBERA DEL GENIL NÚMERO 8

No volverás a Granada por navidad.
Compro el periódico buscando la noticia de tu ausencia,
pero sólo hallo palabras que niegan el recuerdo
y se anegan en los crucigramas de un abismo irreversible.

Las luces son guiños de nieve,
soledades compartidas que resbalan en el pecho
hasta fundir la piel y entrar adentro,
tan adentro,
como ácido,
escociendo al respirar.

Casas vacías de muebles antiguos
y árboles secos de pena escarchada.
El río lleva las lágrimas
que nunca lloré
y ahora derramo.

Echarte de menos
es morir dos veces.

miércoles, 30 de noviembre de 2016

DIONISOS Y EL INVIERNO

Al principio fue la palabra
y la música,
y los versos.
Luego la soledad
hizo nacer al silencio.

Yo lo hice con él.

Mis manos son árboles secos
donde ya no nacen las flores,
pero se marchitan como si fueran pétalos de tiempo.
Mis ojos son caleidoscopios de besos
con terapia de choque contra el olvido
y mis pupilas, negras termitas
que devoran el mundo por dentro.

Cuando hago el amor con mis versos
se asolan de luz los papeles
y agoran caricias desnudas
y pieles anémicas de ternura.

La destrucción de este cuerpo sin alma.
La construcción de este alma sin cuerpo
putrefacta, congelada de sueños,
torturada hasta hacerla gemir de placer,
herida de muerte, crucificada por la sed,
la espiga, los deseos de huida,
los labios de la madrugada.

El naufragio de mi carne, porcelana de tristeza.
Cifras, cansancio. Dormir es un lastre.
Soñar es huir del presagio.

Yo escribo porque sueño la muerte del espacio
y el sonido es una soga de lamentos ausentes.

Dime,
¿por qué queman los ojos cuando llueven?

domingo, 27 de noviembre de 2016

MIENTRAS LLORAS

Me gusta de ti que me mires a los ojos
y encontrar en los tuyos un arcén de secretos.

Se dislocan las pupilas como los huesos rotos,
intentando encontrar la palabra precisa
y sólo derraman versos de angustia
que no encuentran el germen de tu abismo.

La epidemia de mis noches se ha extendido:
va comiendo la carne,
deshaciendo la carne,
pudriendo la carne;
y la carne,
carne de cañón endeudada con estos ojos,
con estos ojos que no sueñan,
con estos ojos que se entregan a la madrugada
y se desgastan y se consumen
y se derraman sobre mis sábanas.

Espasmos de amor,
convulsiones de hastío,
asco, formas,
sacudidas de fobia,
temblor,
rigor mortis.

¿Qué te queda, amor,
de estos despojos?

martes, 22 de noviembre de 2016

LA PIEL QUE QUEDA BAJO LA ROPA
"Estrellas para ti. Abanicos de amor. 
Desnudas rosas." - Javier Egea. 
Me ofreció su pecho como un pétalo abierto. 
Yo besé sus labios como si fuesen flores.

Desnuda de mí, 
vestida de manos bailando.
Mis besos dejaron su olor en la tierra de sus brazos
y en sus muslos derramaron
el calor de la pasión. 

La memoria es un amago de caricias
y mis versos son los besos por debajo de la ropa.
No me encuentro en ningún cuerpo
en los que huyo de la soledad.
Ni siquiera busco el tuyo en otras pieles,
tan desencontradas como el recuerdo.

Lo que más echo de menos de ti,
es hacer el amor sin prisa.

martes, 15 de noviembre de 2016

SLOWLY

Quítame despacito
la ropa, el miedo, la sed;
que en esta cama de dudas
hay una leve ausencia
que me come y me bebe.

Bésame despacito
los labios, las horas, la piel;
que tengo bajo tus muslos la boca incendiada
de fuego y de miel.

Múeveme despacito
el cuerpo, el alma, los pies;
que quiero andar tu cintura
para dejarme caer con las manos
al mar de angustia de tu pecho.

Tócame despacito
la espalda, el sexo, la tez.
Sácame a bailar a tus piernas,
arráncame la carne
como si fuera papel.

Muérdeme despacito
el pecho, el cuello, el desdén;
que tengo el cuerpo poblado de funámbulos
y sólo andan la línea 
entre el dolor y el placer...
como los renglones que andan mis versos.

Quiéreme despacito...
o mejor, no me quieras. 
Prefiero que dejes la cama vacía 
más pronto que tarde.

domingo, 13 de noviembre de 2016

SOLO LA LUNA

Fue una guerra destructivamente bella
aquella de decir las cosas tal y como las sentíamos.

La Luna se marchitaba igual,
pero no nos importaba su soledad.
El egoísmo de dos ojos que se miran
y encuentran en ellos todas las estaciones del año.

Siempre primavera en las manos.
Las flores de aquellos años han quedado sepultadas
bajo las pisadas del invierno de mi pecho.
A la pólvora mojada de tus labios
no le quedaron vestigios que prender.

Yo abandoné las armas en la nieve,
busqué en todas las fosas el cadáver de mis latidos,
pero sólo hallé fechas sin nombre,
cartas con ausente destinatario
y un remite vacío de emociones…

Nadie más volvió a besarme los miedos.
Desde entonces mis manos sólo saben sangrar,
y de caricias nunca más supieron,
pero la culpa no dejó de visitarlas.

Ahora la Luna sigue marchitándose,
pero al menos tiene a alguien con quien hablar de soledad.

sábado, 12 de noviembre de 2016

COMPLICACIONES

Hora punta,
busco tu espalda en la madrugada.

No cabe un alma más en el autobús del recuerdo
y Granada se ha escarchado con los besos del invierno.
La besan sin cariño desnudando sus calles
y el delirio no sólo llega al Paseo de los Tristes.

También hay guitarras incendiadas en mis pulmones
que no dan para abarcar más noches en silencio.
Despierto, grito, imploro,
me desnudo del hastío
y huyo, escribo y lloro por los rincones de tu olvido…
aunque de nada sirve.

Ni dolerte me hubiera dotado de más libertad,
ni dolerme me la habría quitado con tanto estilo.

lunes, 7 de noviembre de 2016

DOMINGO DE NOVIEMBRE BLANCO

Tengo la cama deshecha igual que el corazón. 
Las sábanas frías se amotinan
y se rebelan contra mi cuerpo
desnudo de recuerdos.

Queman los silencios de las notas de suicidio, 
de la angustia acumulada, del anhelo,
de las manos asoladas de cariño 
de tanto abrazar ausencias.

Aún les queda aire para respirar.

Ruinas y versos de colores fríos...
y de dolores a los que no volverá a colorear el tiempo.
Personas de ojos vacíos 
que duran la calada de un cigarro a media noche.
Sentimientos que no dejan pintalabios en el borde de la taza del café
y copas que duran más que algunas promesas de tus cartas de amor.

Así vagan las mentes de jóvenes sin alma...
o con un alma tan grande que se desborda del pecho
y acaba por arrojarse al mar en busca de atardeceres más cálidos. 

Así de perdida me encuentran mis palabras.

Neruda se equivocaba:
nada nos salva.
Ni de la muerte,
ni del amor,
ni de la vida.

viernes, 4 de noviembre de 2016

GUARIDA

Noviembre blanco, cercos de sangre sobre la nieve.

Desnudo a una extraña vestida de miedos
y llueve en sus desnudas paredes
las horas en verso que dejan mis labios
bajo sus anocheceres.

Las hojas son mantos de triste cordura
cubriendo el asfalto de mis entrañas.
Vísceras grises de añoranza
que escriben notas de suicidio en una partitura.

Las calles son bocas que gritan y se arrancan,
mis pies las provocan con pasos cansados
y buscan delirio en las casas sin alma,
donde los corazones son un hueco vacío...

Sólo saben matar palabras,
se mueren con los fracasos,
con los rechazos, con los abrazos.
Se mueren bajo los besos en carne viva
si se desgastan los labios.

Se mueren en un insomnio ilusorio,
podrido de sueños lapidados.

El ruido de la estrella Polar
no guió a los marineros:
los deshizo con sus barcos hasta arrastrarlos al fondo.

Allí, bajo ese mar
que guarda atardeceres .
Aquí, bajo estos ojos
que sólo guardan renglones
y caricias que escriben sus párpados.

Aquí, bajo mi pecho...
que todo lo guarda.

sábado, 29 de octubre de 2016

POEMAS PARA MARÍA
"Noche abajo los dos. Cristal de pena, llorabas tú por hondas lejanías.
Mi dolor era un grupo de agonías sobre tu débil corazón de arena."
-           F. G. Lorca
Mis sueños son de tela estrellada,
cosidos con hilo de versos de noche.
Una hondonada en el pecho
que se resiste a claudicar de dolor.

Los suyos, la capa de seda
que cubre los espejos rotos de la ausencia
y las copas de cristal de bohemia
que en silencio, susurran los labios
hasta fundirse con ellas.

La Luna blanca se asoma por el cristal de mis hojas
y hace una sopa de letras con las rimas que forman su cuerpo,
y es ahí cuando uso mi corazón de paraguas
y me protejo de los poemas sin nombre.

A veces, se viste con un traje de ceniza
y no necesita alas para dejarse llevar.
Otras, se ciñe un vestido de ausencia
con un solitario color,
y otras, destiñe la voz
de amarillos que hacen estremecer a las guitarras.

Mis sueños son restos de espuma
que no borran huellas de la orilla.

Mis noches son olas de mar
que envían versos de colores
a cualquier tempestad que les robe el silencio…

Aunque a veces no hay sonidos que me salven de las ruinas.

Por eso hay poesía algunas madrugadas
que lleva tu nombre escrito en las mañanas.

jueves, 27 de octubre de 2016

VESTIGIOS

Guardábamos el fuego en un verso de amor.
Ni Prometeo pudo quitárnoslo.

Lo acercaste a mis sueños de cera
por querer volar tan alto al cielo de mi boca...
y ni Ícaro hubiese caído con tanta devastación.

Luego, terminaste de cortarme las alas
quemando las palabras que nacían de mis manos,
y te las pusiste para escapar de mi cuerpo
y volar a remotos paisajes ausentes.

Después nacieron flores en mi féretro,
pude oler sus colores bajo tierra y olvido.
Pero mis venas con espinas les robaron los besos...
y sin besos las flores se hicieron ceniza.

Y sin besos, mis labios se hacen ceniza.

Y yo, amor,
estoy poblada de ceniza.

viernes, 21 de octubre de 2016

AURORA

He dejado una silla vacía
en el más frío resquicio de abril,
y ay, cariño,
cuánto me ha costado no romperme la piel,
no arrancarme la pena a tiras.

Anoche la soledad descosía mi cuerpo
y hurgaba en las heridas buscándome,
pero sólo encontró entrañas tan podridas como mis palabras.

Ya nada queda de mí,
hasta ese frío sentimiento de cariño
ha emigrado a corazones más cálidos.

Las pálidas pupilas de mis ojos
sólo ven de color gris el arco iris,
evaporo las tonalidades de tu risa
como si de nada se tratase,
y lloro, y lluevo…
y lloro los poemas que nunca supe escribirte,
porque no merezco las alas de nadie.
Y me ahogo en el mar menos azul
que tiene el olvido.

Por eso mis versos se parecen a tu pelo
y lo encuentro en cada letra que lloran mis días.
Por eso escribo que te quiero en un papel,
para que lo abandones,
como todas las palabras se abandonan con el tiempo…

por eso mis palabras se parecen a mis labios.

Me sangró la boca, como prometieron mis noches,
y salpiqué de sangre las flores de mi pecho;
por eso se marchitan siempre que me encuentran
y este espejo roto
no devuelve más que un rostro distorsionado
que no es capaz de habitar ningunos brazos.
Por eso el fracaso se parece a mis manos,
que todo lo convierten en desgastado silencio.

Qué curioso que me dotaran con el nombre del alba
y me desviva por las noches en secreto.

Yo no hago amanecer a nadie. 

lunes, 17 de octubre de 2016

Y SIN EMBARGO, JOAQUÍN

Vengo aquí, con la frente marchita
buscando en tus acordes la cura de los besos
que nunca di.

Encuentro en tu voz papeles mojados
con mil poemas que me han visto llorar
y son mi propio bulevar de sueños rotos,
y acudo a ella
cuando me sobran los motivos para suspirar
y tus canciones hacen de abrigo.

Aquí en los días de nubes negras, también llueve sobre mojado
y bajan las naves de mis delirios por calle Melancolía
buscando algún recuerdo en el que naufragar...
pero el ruido de su agonía sólo retrasa las noches,
y siempre nos dan más de las diez.

En tus versos se esconde una niña sin mes de abril
y en tus palabras acoge tus brazos
y se protege de ese quebranto
que se llama soledad.

Estos no son los versos más hermosos del mundo,
ni escribo canciones para la Magdalena,
no necesito mentiras piadosas
ni crisantemos en el cementerio de mi pena.
Tampoco 19 días, ni 500 noches
para hablar de un pirata y de su princesita azul,
de su pata de palo, su poesía y su bombín
y de sus himnos de guerra donde quedarse a vivir.

Antes de que amanezca por fin
y como esta boca sí que es mía,
pongamos que hablo de Joaquín.

domingo, 16 de octubre de 2016

ENUMERACIÓN DE SOLEDADES

Constelación de dolor en mi piel
si uno los lunares que ya no riman con nadie.
Ya sólo nos queda la tristeza,
nadie nos echará de menos en las noches de invierno.

Mi corazón es una quimera de caricias mudas.
Me derramo sobre ti como la pena que se me desboca
y mis manos sólo son un malecón de decepciones.

El tiempo que nada curó
está regresando solo a Ítaca.
Mis versos me abrigan y después me desarropan
esperando que mi cuerpo se deshaga como espuma de mar.

Todo lo amo y lo marchito,
un rey Midas de ceniza que sólo sabe acariciar
y que vende su reino por algún pecho
que quiera ocupar sus brazos deshabitados.

Toma mi bandera de palabras.
Ya no ondea con la soledad.

martes, 11 de octubre de 2016

EL COLOR DE LOS BESOS
"We gather up our hearts and go a thousand kisses deep" 
- Leonard Cohen.
Mi trazo no es claro,
hay un éxodo de plumas invadiendo la almohada
y ninguna forma parte de tu vuelo.

Ya nadie pronuncia mi nombre
con palabras que no sean de urgencia
y escondo los ojos en las calles sin salida
que pinta el olvido.

Hay un cielo estrellado de besos
que ascienden desde unos labios a los que nunca pertenezco.
Me mezclo entre las nubes para verlos
y escribo sobre ellos en un papel
tan desencontrado como mis noches.

Todos los días son tardes de domingo
y el color de la tristeza se cuela en el calendario,
emborrona los meses
con las mismas cruces donde crucifica a mis versos,

y mis manos desgastadas
anhelan el tacto de las musas desnudas
con esa piel revestida de deseo
y de tardes con ganas de amar papeles,
acariciando su espalda hasta hacer salir a sus alas.

Detrás de todas las palabras enterradas
a un millar de besos de profundidad,
llora colores la Luna
por todos los labios que no pudo pintar.

sábado, 1 de octubre de 2016

SOLO DE GUITARRA Y LLANTO

No me quedan ojos
para llorar las horas que me bebo,
vacías de lo que alguna vez
fue razón para un poema.

Teñidas las pupilas
de un dolor irreversible, hecho de silencios
y caídos los párpados por el peso
de todas las noches a oscuras,
sin estrellas que sirvan de pañuelo
para secar el paso de unos días
mojados de la pena más amarga
que pueda habitar y crecer en un pecho.

Las madejas de los besos que dan las rimas
se han quemado en el incendio de un abismo
en el que las alas ya no sirven para volar
una vez que caes,

y las tripas de la ausencia
se quedan suspendidas en el vacío,
sujetas únicamente por la última esperanza
que se aferra a un desgastado existir.

No soy más que palabras
llorando en un sofá cuando despiertan
y la luz ciega sus fauces
de lobo atemporal
ante el hastío de recuerdos sin sombra.

Vengo con la pena descosida de los labios,
herida por los callejones de un papel moribundo
que sueña con desnudar las musas
que un día le hicieron sentir vivo…

Pero ya no queda nadie detrás de este espejo postergado,
tan sólo un reflejo que devuelve los versos
y las ojeras de una mirada que se ha cansado de ser.

Yo también quise desaparecer
y sólo obtuve puertas abiertas
a una infinita sala de espera
donde desesperar era el único objetivo.
También tuve más alcohol que sueños
en una cabeza podrida de narcosis
que espera a duermevela
a que sus brazos dejen de estar deshabitados.

Entre los suspiros de mi ajado aliento
sólo se distinguen tres invisibles sílabas
que gritan con enmudecida voz
y un clamor desesperado:

socorro.

Socorro, amor,
me ahogo sin nadie conmigo.

lunes, 26 de septiembre de 2016

¿CUÁNDO MUERE UNA ESTRELLA?

En el festival de la ausencia
toca un silencio mudo, lleno de gritos
y el dolor se hace corpóreo
si se cuela en la fiesta del recuerdo…

y resquebraja las noches.

Hay lágrimas
que se me clavan en los oídos, como espacios en blanco
que sólo incitan al vacío,
y puntos suspensivos debajo de la piel
que titilan con alma de estrella,
aunque nunca lleguen a brillar.

También se derrumban los días
y las ruinas de la mañana
calientan el café de los corazones rotos,
ese al que ni el tiempo puede endulzar.

En el circo de la desolación
viven payasos tristes de sonrisas rotas
y grises zapatos que arrastran
bajo una gran carpa de olvido,

y a mis pobres poemas enjaulados,
obligados a cruzar un aro de fuego
hecho de papeles anémicos de besos,

sólo les quedan los huesos
en una fosa podrida de claveles.

Por si muero un día, te dejo todos mis versos,
para que queden mis palabras
cuando no lo haga mi voz,
ni mis libretas sangren puntos y finales
que no llenan las sillas vacías de este teatro.

sábado, 17 de septiembre de 2016

CANCIÓN DE OTOÑO
"Llueve, detrás de los cristales, llueve y llueve
sobre los chopos medio deshojados, sobre los pardos tejados,
sobre los campos, llueve." - Joan M. Serrat.
No sé qué hago aquí:
beber  en copas de ahogada pena
sin mí,
           sin mí.

Vengo con las venas abiertas
por las calles de la ilusión perdida
y en un cenicero descansan las horas
hablándole a sillas vacías,
cantándole a guitarras mudas
de cuerdas rotas y frías.

Palabras
que flotan en el mar como navíos astillados
por los besos de la tempestad,
y llegan a orillas de un pecho
que ya no guarda primaveras.

No quedan puntos y finales para este vacío
que arrastra los pies
por el asfalto del invierno,
ni quedan comas para más versos que llenen poemas de ceniza,
de absurda melancolía
y de guerras frías en las madrugadas.

Paseo, noche y día, las cadenas
que guardan mis inútiles alas,
esas que nunca lograron despegar,
ni conocieron ninguna piel
a la que llamar libertad,

y la mía, desgastada,
se ha cansado de volar
por cielos grises de nubes negras
que nunca paran de llover.

Ya nadie espera en la estación,
y en la embajada del reproche
ya sólo quedan noches estrelladas…
y aquí sigue oliendo a otoño
y a tierra mojada.

jueves, 15 de septiembre de 2016

DESHABITACIONES

Deshabitado,
deshabitado mi olvido
y un corazón ofendido
que se ha cansado de huir.

Madejas de labios
con sabor a vino tinto coagulado
que ya no sabe en qué herida escocer,
ni en que puerto pararse a sentir.

Se equivocan las manos y las lágrimas,
las palabras que vuelan con pasos de bolero;
se equivocan los besos y el te quiero
y los versos que rezan de madrugada.
Se equivocan mis labios de parada
bebiendo en la estación de tu boca
el veneno de unas pocas horas sin mí.

Me crucifica la tinta y el pecado
de un pasado de arena, cal y carbón
con clavos de cristal afilado…

pero siempre de bohemia, corazón.

sábado, 3 de septiembre de 2016

EL AMOR POR LA NOCHE Y EL CAFÉ EN LAS MAÑANAS

Bailar contigo es
como el silencio de los telediarios
en la mesa a la hora de comer.

Con mis ganas en números rojos
y los despojos de tu indiferencia
deshabito las habitaciones del invierno
cuando hiela todas las canciones
que nunca supe escribir.

Dormir sin ti
es como los versos sin los besos
y el flamenco sin guitarra.
Como no hallar refugio
más que en el crucifijo de la pena,
y como la noche sin luna llena.

Soñar contigo es
recordar la muerte de los sentidos,
volver a leer tus puntos suspensivos,
hacer de mi pan tus peces
y amar dos veces, vida mía.

Hacer, amor,
el amor sin ti
es escribir poemas sobre la arena
y esperar a que los borre el mar,
o escuchar un canto de sirena
que me haga naufragar
en alguna que otra piel desencontrada.

Y vivir conmigo,
es vivir sin mí
y esperar de la espada
lo que no te ofrece la pared.
La sed de este desierto
no se sacia de cárcel sombría,
ni planta flores en mi lecho.

No esperes más de mi poesía
si guardo la primavera bajo el pecho.

martes, 30 de agosto de 2016

RETORNO
"Aquí no es diaria ni justa la existencia.
Bésame y resucita si es posible."
-  Luis García Montero.
No se lo digas a nadie, amor,
los restos de mi silencio
dicen más que todos mis versos.

No puedo pintarte con palabras
vacías de color,
pero puedo contarte cuentos a la luz
de una infinita oscuridad
para ver tus ojos cerrarse.

No sé tocar la guitarra,
ni tampoco cantarte al oído
pero puedo entregarte la tierra
y el cielo de mi latido
hasta que desaparezca.

No sé llorar,
tampoco contigo,
pero cuando hay estrellas en tus pupilas
que fugan por tus mejillas
hasta encontrarse con tus labios…
quién fuera tus lágrimas
para besarte siempre la pena.
Para besarte siempre.

Me sorprenden las calles de Granada,
sin olores de tu olvido.
Los semáforos rotos me conducen sin rumbo
a los brazos de un vacío
que nunca me contesta si lo llamo por tu nombre…
pero me acoge igual de mal
que los bares de mi desidia
donde se ahogan, los ya muertos, caminos de mi ausencia.

Pero cuando hay estrellas en mis pupilas
que fugan por mis mejillas
hasta encontrase con mis labios…
quién fuera mis lágrimas
para besarme siempre la pena

y resucitarme tal vez.

martes, 23 de agosto de 2016

BAILARNOS

En los días de lluvia
sexo y café,
sudor y poesía,
tinta y papel.
Acordes de un beso
que me haga volver.
Volar,
bebernos la sed.

Morderte los labios;
manchar la pared;
besarnos los miedos, las horas,
la piel…
Leernos los cuerpos,
rozarnos los pies.
Gritar,
hacernos placer.

Comernos las ganas,
amarnos, doler.
Quitarnos la ropa,
la pena, el deber.
Mecer tu cadera,
tejer un mantel
entre tu pecho y mi boca.
Gemir,

perecer.

lunes, 22 de agosto de 2016

GIRALUNA

Se le encendía la Luna.
Se le apagaba.
Se cogía a la escalera de la sonrisa de la noche

y le pedía que subiera.

Como un poema, de las sombras nacía;
si estaba oscuro, volvía a nacer,
y a llover, me recitaba
dos cucharadas de azúcar
en sus ojos de café.

Sus alas de flores amarillas
giraban las caricias en un pecho
con las manos de un vuelo inmarcesible,

y su indomable risa me cantaba
al compás de un alma de bolero
hecho de amor inoxidable.

Que no, cariño,
que el Sol no merece tus te quiero,
ni se mece en tu color.

jueves, 18 de agosto de 2016

A UN POETA EN NUEVA YORK.
A Federico, en su octogésimo año de ausencia.
La luna llora en el cielo
restos de arena blanca.
El niño ya no la mira…
jamás volvió a la fragua.

La luna llora en el cielo
desde que tus pies no se arrastran.
En el suelo vive la luz
de toda tu noche estrellada.

El verde se ha marchitado
bajo un silencio de sombra
y se han llenado de odio
las cunetas de la memoria.

En la tierra hay un cante jondo
que suena con tu guitarra
y acalla todos los disparos
que sonaron en Granada.

Tu cuerpo escribe palabras
que no alcanzan a acoger los versos,
y un romancero gitano
barre montañas de huesos.

Tu luna vuelve a la fragua
con su polisón de nardos…
y el niño la llora, llora.
El niño la está llorando.

jueves, 4 de agosto de 2016

EN MIS ENTRAÑAS

Tengo madrugadas en el pecho
que me oprimen las palabras hasta hacerlas silencios
antes de que me ponga sentimental
y empiece a vomitar
las entrañas de tristeza que habitan en mi voz.

Desarropé todos los abrazos,
desaprendí todas las risas
que eran canción en tus labios
y se poblaron mis ojos de la más desoladora indiferencia.

Mi cabeza se pudre de la soledad
que moja permanentemente los recuerdos
y en mis tripas se desgarran las ausencias
de las horas a solas sin poder respirar.

En mi pecho hay una grieta
donde viven las arañas de la duda
y anidan los miedos que asolan mis sueños.
No tienen piedad.

En el agujero de mi estómago hay una puerta
que deja pasar a los gusanos de tus promesas
que nunca se hicieron mariposas,
sino polillas que se comen mi piel
y gangrenan las cicatrices
hasta volverlas heridas.

Llamo.
Ábreme.
No sé quién soy.

El cielo es demasiado grande para volar
y el espejo solo refleja unas alas
hechas de plumas de olvido
que no logran alzar el vuelo,
ni separar del suelo mis pies.

En estos brazos que no abrazan nada
se muere un cuerpo lleno de vacío
que mece todavía el mar de la esperanza.

Llamo.
Ábreme.
¿Sabes quién soy?

martes, 2 de agosto de 2016

CASTILLO DE ARENA

Se enfada conmigo, no sé lo que quiere de mí.
Le recibo y me invita a sus brazos,
que son abrigo de soledades,
y sus canciones me acunan
hasta verme dormir.

Salgo y él entra.
Entro y no me deja salir,
y sus olas son devastadoras garras
que no se apiadan de nadie,
que no se entregan a nadie,
que no me dejan huir.    

Guardo mi ilusión en un castillo de arena,
sus ventanas de sueños miran al mar
para oírle reír, o gritar,
o sentir,
o llorar...
Sus almenas de espera le guardan al caer la noche
por si queda bajo un telón de oscuridad
y de recuerdos.

Pero se enfada conmigo,
no sé lo que quiere de mí,
y su furia derriba mi castillo en lágrimas y saliva
y en la orilla deposita mi cuerpo sin vida
y con la espuma en mi pecho
me llena de sal los labios
y la heridas.

Mece este gran ataúd de vacío,
yo no te puedo amar, vida mía,
me arrastra hasta el fondo tu ruido
donde no hago pie en el silencio
ni moja el olvido.      

Yo no te puedo amar, vida mía,
te enfadas conmigo
y no sé lo que quieres de mí.

lunes, 25 de julio de 2016

UNA QUERENCIA POR EL ACENTO DE TUS BRAZOS

Abrázame.
Abrázame, que estoy perdida,
que no encuentro salida de las dudas del pasado
y se me abren las heridas
como las pupilas a la luz.

Soy
un muñeco de hierro con los ojos de cristal
que reflejan la debilidad con el paso de los años
y, bajo la lluvia,
se me abren grietas en el pecho
por las que se escapa todo el cariño contenido
que tengo para dar.

Abrázame, que soy diciembre
y tengo frío.

domingo, 24 de julio de 2016

Y TAMBIÉN NOS ENCONTRÓ LA LUNA DESNUDOS AL ANOCHECER

Se rozaban los cuerpos.
Nuestros cuerpos,
hechos de sudor y de materia gris,
de pasión encadenada
y calles sin salida en un vaso de alcohol.

Se acariciaban los cuerpos.
Nuestros cuerpos,
borrachos de amor desenfrenado,
desprendidos de un cariño irreversible
en un colchón áspero de juventud.

Se fundían los cuerpos.
Nuestros cuerpos de cristal, pulidos de excesos,
salidos de un cuento que contar
en las madrugadas de invierno.

Bailaban los cuerpos.
Nuestros cuerpos en un vals despreocupado,
en un último tango en París,
aunque ni París quedase para nosotros.

Se besaban los cuerpos.
Nuestros cuerpos dilatados de ternura
con los labios desgastados en un beso,
con las manos aferradas a la espalda del deseo...
Con los cielos compartidos en un pecho descubierto
y herido de cariño.

Y tu cuerpo, la epifanía
de mi cuerpo desecho de emociones
y de canciones de Sabina que siempre hablan de nosotros
y se pierden en la noche.