lunes, 29 de octubre de 2012


ERES

Apareciste como una única luz en mi oscuridad,

como los destellos del agua a la luz del día.

Eres como un verso inalcanzable de poesía,

y eres lo único que abarca esta gran inmensidad.

Brillas como la luna llena en este cielo estrellado,

suave como las olas, rompiendo en la orilla del mar.

Eres las únicas alas con las que hoy quiero volar,

y eres el único beso, en el que diré todo lo que he callado.

Eres una palabra de pasión, un hermoso verso de amor,

eres el dulce calor de un abrazo eterno.

Eres el fuego fatuo de este infierno,

y eres el único destello que ahuyenta mi dolor.



LA LUNA

Mira la luna y su reflejo

en estas aguas en calma.

Busca, perdida, mi alma,

si regalo mi rostro al espejo.

Todo lo que siento es tu esencia,

son tus manos translúcidas al viento,

son las agujas que marcan mi tiempo,

son lágrimas ligadas a tu ausencia.

Hundiste la luna en tu pecho

y muy bajito, al oído susurraste

la poesía que una vez me entregaste

y que sin más el corazón me ha deshecho.

Buscaste a la luna en el cielo.

Te sentiste, con tus alas, elevar.

Volviste a hacer a mis estrellas brillar,

y luego me dejaste en el suelo.

Y yo, que jamás te olvidé,

y que jamás volví a volar.

Yo, sin cesar de buscar...

a la luna jamás encontré.

jueves, 25 de octubre de 2012


TE ESCRIBO DESDE MI CIELO

Paraste mi beso en un segundo,

ganando al tiempo en su propia partida

y aún me sigo preguntando qué es la vida,

si ahora tú no estás en el mundo.

Hiciste llorar a los ojos de mujer,

que tanto veían en ti lo más hermoso,

arrojándome a un oscuro vacío silencioso

donde solo, algunas veces, se oye llover.

Aún te oigo si todos mis sueños están en calma,

y aún sigo soñando que tú curas mi herida.

Si con un beso me diste la vida,

con tu adiós te llevaste mi alma.

Adiós.

Adiós querido amigo

te diré aunque tu recuerdo me pese,

aunque te mentiría si te dijese

que en las noches de lluvia ya no sueño contigo.

Con cariño, con tristeza,

con amor y con anhelo.

Con una página y sin prisa.

Con una lágrima y una sonrisa

te escribo desde mi cielo.

jueves, 4 de octubre de 2012


CUANDO EL MUNDO CAIGA

"Para ti."
Relajo la mente y escribo sin prisa para ti,

pues las cosas más hermosas suelen hacerse esperar.

No puedo escribir, cantar, recitar o rimar

cuán hermosa es en este mundo tu sonrisa para mí.

Tu endulzas mi mundo por si a caso se vuelve amargo,

y tus ojos iluminan siempre mi camino oscuro

al brillar los destellos de tu pelo hacia el viento puro

cuando cojo tu mano para emprender un camino muy largo.

Hasta que el mundo caiga y la lluvia inunde mis sentidos,

tus ojos fundan los rayos del sol con solo mirar,

porque solo tú puedes hacerme brillar

y solo tu risa regala música a mis oídos.

Eres como un beso en la mañana,

una historia sin final.

Cuando al tacto de tu piel mi cuerpo se estremece,

por si tu sonrisa aparece...

déjame que la guarde por siempre en un bote de cristal.

Cuando el mundo caiga serás mi abrigo,

aunque la nieve y la escarcha me causen frío

y a pesar de estar en un inevitable vacío,

cuando el mundo caiga, te quiero conmigo.

lunes, 1 de octubre de 2012


PRESENTE
"Para tu padre."

Me presento como alguien presente,

ya que tu presencia estará ahí para oírme,

he de mantenerme tranquila, firme,

y pido perdón por si te hiere que lo intente...



Todos los días me nombran tu nombre,

como si de una joya valiosa se tratase,

aunque cada momento, hora o segundo pasase,

siempre tendría aquí la presencia de un buen hombre.

Abandonaste este mundo dejando una vida extensa,

creando océanos azules de lágrimas heladas

que rompen sin remedio en una sonrisa quebrada,

hiriendo sin motivo a una niña indefensa.

Eres un reloj de oro parado

en el que las agujas no han cesado de correr,

hiciste tanto y dejaste tanto por hacer

que no dejaste gritar a un llanto, hoy acallado.

Eres el latido de un alma blanda,

la viva imagen de un ser querido,

eres el  frío dolor de un alarido,

pero también eres el dulce calor de una bufanda.

Fuiste el vestido que la muerte vestía,

un desvanecimiento en un día inevitable,

ahora con tu presencia, me siento fuerte, imparable

aunque esto sea más una carta que una poesía,

y gracias por estar de algún modo en mi día a día.